miércoles, 1 de mayo de 2013

En Cantabria también hay que cambiar de políticos.

    Es necesario regenerar la vida pública en esta región. Los dirigentes políticos actuales llevan más de treinta años instalados en sus cargos y lo que antes eran alternativas políticas se han convertido en una casta de privilegiados que lo único que hacen es alternarse los asientos. El caso más significativo es el de Miguel Angel Revilla metido en política en los últimos años del franquismo en el sindicato vertical, es secretario general del PRC (partido que fundó) durante más de 25 años y presidente de Cantabria desde 2003 hasta 2011. Anuncios sobre limitaciones de mandatos o sobre no volver a presentarse son sólo maniobras de despiste para seguir viviendo del presupuesto. Lo último es que el fin de su carrera va a ser presentarse a la presidencia del gobierno en 2015 y la realidad es que no se va porque tras él hay un aparato de partido que no se puede permitir el lujo de quedarse en la calle. 
    También en el Partido Popular de Cantabria tenemos innumerables ejemplos de políticos profesionales como el señor Gonzalo Piñeiro que lleva toda una vida dedicada a lo público y tras ser diputado regional desde 1987 hasta el 2004, presidente del PP de Cantabria (1995 a 2003) y alcalde de Santander (1995 a 2007) disfruta actualmente de unas vacaciones de oro en el Senado desde el año 2004 sin más méritos que mantenerse fiel al partido. ¿Se le conoce alguna propuesta o mínima crítica interna con el fin de mejorar la situación de crisis actual?. Lo último del PP es la inadmisible colocación, a cargo de la Delegación del Gobierno, de un miembro de la ejecutiva regional de este partido, en un puesto innecesario. Nos referimos a la contratación del ex concejal del Ayuntamiento de Santander, Santiago Recio, como personal de confianza (va a desempeñar labores de interlocutor con los ayuntamientos dado que conoce a mucha gente; como si en Cantabria no nos conociesemos todos) en el gabinete del Delegado del Gobierno en Cantabria.
    Hace falta cambiar la política de Cantabria, abrir las ventanas para que entre aire fresco, limitar las dedicaciones exclusivas en los ayuntamiento, limitar el número de representantes políticos en la cámara regional, no asumir las competencias que no se puedan prestar, suspender subvenciones que no sean para promocionar a las PYMES y limitar el tiempo de elección de los cargos públicos. En eso estamos en Aes Cantabria.

 

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